martes, octubre 03, 2006

Los niños en “El Bosque”


Por: Consuelo Vásquez Bravo
Nos imaginamos al bosque, como un lugar cálido y acogedor, ideal para llevar a los niños a distraerse un fin de semana, pero El Bosque al que me estoy refiriendo es todo lo contrario, es un lugar habitado por gente que necesita ser escuchada. “El Bbosque” es un Pueblo Joven del distrito de La Victoria, que si bien en sus inicios fue una zona ecológica llena de árboles típicos de la región, pertenecientes a la cooperativa San Martín de Reque. Hasta que el 14 de diciembre, de 1978, se creó una comisión Pro creación del PP. JJ., para su respectiva lotización y formalización.
Los problemas en general por los cuales a traviesa la comunidad se encuentran en Salud y Nutrición, Saneamiento Básico, Educación, Economía, Problemas familiares y Organización. Pero los más saltantes sin duda son los concernientes a Economía, Educación y Problemas familiares.
La pobreza es la madre de todos los males. Cada día los pobladores de este Pueblo Jovén, sin importar sexo o edad tienen que salir desde muy temprano en busca del sustento diario y regresar a altas horas de la noche con un mínimo de dinero, que sin duda alguna no puede alcanzar para una adecuada alimentación y educación; la pobreza es la causante de muchos conflictos y problemas en el hogar, pues por el afán del día, no hay tiempo para cultivar una buena comunicación y relación entre padres e hijos. La falta de una buena alimentación influye también en la educación, a esto se suma la escasa infraestructura y materiales con los que se cuenta para poder brindarla.
Nuestra gente tiene ese aspecto creador y fantasioso muy desarrollado, que en muchos casos impide que no veamos con claridad nuestra realidad. Pues más que sumidos en el subdesarrollo, estamos sumidos en la falta de compromiso, y esto se refleja en la cruel situación que tienen que vivir nuestros niños y adolescentes. El PP.JJ. El Bosque es sólo una muestra del entorno imponente en nuestro país. Estamos acostumbrados a vivir del pasado y anhelar un mejor futuro, pero lamentablemente nada hacemos para mejorarlo. Es por eso que en constantes oportunidades hemos escuchado hablar a muchas personas que Los niños son el futuro del mañana, la pregunta entonces es, de qué futuro hablamos, que medidas se están tomando para construir ese anhelado porvenir.
Un mañana mejor para nuestro país no se construirá sin duda con casos como el de “David”, a quien vemos sonriente jugar con su trompo, después de un día fatigante; él al igual que muchos niños tiene que trabajar de lunes a domingo ayudando a su madre, a vender menestras precocidas en el mercado A-Z del Pueblo Joven. Así como él encontramos a muchos niños quienes a cambio de unos céntimos ayudan a cargar bultos o llevar agua a los puestos de comida, mientras otros aprovechan los momentos de calor para vender sus marcianos y gelatinas. Esto sin duda no quita una sonrisa de sus inocentes rostros.

Por otro lado, las niñas tienen en muchos casos que hacer el papel de madres, al cuidar la mayor parte del día a sus hermanitos menores. Y Anita, es una de ellas, quien tiene bajo su responsabilidad la vida y salud de su hermano “Kevin” de un año y medio.

Así que desde muy pequeños niños y niñas tienen que cambiar sus juguetes por una herramienta de trabajo, que se constituye en fuente apostadora de la canasta familiar. Las niñas aquí no juegan con muñecas, pues sus juguetes son de carne y hueso, son sus hermanitos, ya no juegan a la “cocinita”, sino que desde temprana edad tiene que cocinar para sus padres y hermanos, así como también tienen que encargarse del aseo de la casa.
No cabe duda que la vida de estos niños está cargada de responsabilidades, muy grandes para ser asumidas a su corta edad.
Y no es necesario que pase más tiempo y que las muchas responsabilidades ahoguen a esos potenciales recursos humanos, que el excesivo trabajo, no estropeé la educación moral y científica de estos niños, que no se conviertan en simples alumnos y dejen de se estudiantes, o peor aún que dejen de ir a la escuela. Si bien es cierto la educación es costosa, pero la ignorancia es aún más cara.
Un verdadero compromiso y esfuerzo de nuestras autoridades locales, regionales y nacionales pueden solucionar muchos casos como éste. A este despertar deben sumarse entidades de gestión no estatal (ONG).
Los adultos exigen, pero no se preocupan por salir del atraso y la pobreza, y es que quizás creemos vivir en un mundo tan fácil, en un bosque lleno de alegría y felicidad. Por eso el trabajo en conjunto debe despertarnos a la realidad para poder asumirla y dejar de lado la falta de organización que no es más que indiferencia al desarrollo.

1 Comments:

Blogger Carlos Rodrigo said...

Es muy importante tratar este tipo s de temas,porque al hablar de nuestra niñez,estamos hablando de una buena alimenetación para una buena educación; lo implica mejores oportunidades laborales para una mejor calidad de vida para todos.

12:02 p. m.  

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