sábado, abril 30, 2005

INDUSTRIA CULTURAL: ¿LIBERACIÓN U OPRESIÓN?

____________Por: Patricia del Carmen Ulloque Delgado, UNPRG

Una sociedad, es un complejo sistema en constante transformación, que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y todas las capacidades y hábitos que marcan cada cultura. Es en síntesis, un tejido de relaciones sociales determinado por el potencial industrial alcanzado por sus integrantes.
Las industrias culturales, son las encargadas de reproducir en cada generación los denominados “antagonismos culturales”, aquellas contrariedades y disentimientos que condicionan las formas de pensamiento en cada época. Esta condición se fundamenta en La Ideología Alemana con los aportes de Carlos Marx y Federico Engels; ambos señalaban que, no es la conciencia la que determina la vida, sino es la vida la que determina la conciencia. Se infiere entonces, que conciencia no es más que un producto social vinculado con la actividad y el comercio material de los seres humanos. Por su parte Sigmund Freud, consideraba que el pensamiento se halla psíquicamente condicionado, originando la influencia masiva de los medios al lograr sugestionar y manipular al sujeto; donde la acción simbólica de la comunicación social puede orientarse a la ideología, concebida como un conjunto de representaciones mentales destinadas a preservar el orden de dominación, en cuya dinámica intervienen dos tenencias propias de la humanidad: liberación u opresión, que se encuentran en la palestra para determinar la condición del hombre en el escenario social.
“El hombre está en manos de una sociedad que le manipula a su antojo”, parece ser el adagio ideal, para explicar el ámbito de la industria cultural, donde se percibe una carencia de autonomía y convicción por parte del individuo. Somos parte de una sociedad que día a día condiciona nuestra voluntad y conciencia, valiéndose de normas o principios que cada régimen impone en función a intereses políticos, sociales y económicos, e ideas abstractas, que no son más que valores impuestos a nuestra naturaleza humana; por eso se afirma que la sociedad triunfa siempre y el individuo es sólo una marioneta manipulada por las normas sociales.
El consumidor no es soberano, como la industria cultural desearía hacer creer, sentencia Theodor Adorno, e implica que a medida que las posiciones de la industria se hacen más sólidas y estableces, actuarán sobre las necesidades del consumidor dirigiéndolas, disciplinándolas y en efecto estandarizándolas. Al lado de la expresión “comunicación de masas” se usa también “cultura de masas” que debe ser interpretada desde lo más latente; al respecto Jesús Manuel Aguirre entiende por industria cultural un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares, industriales, productoras y distribuidoras de mercancías con contenidos simbólicos, concebidas por un trabajo creativo, organizadas por un capital que se valoriza y destinadas finalmente con una función de reproducción ideológica y social que funciona en el marco de una economía de libre mercado. Indudablemente, los sistemas político y económico encierran al sistema cultural a través de los medios de comunicación, actuando como aparatos ideológicos de la difusión masiva, de ello se deduce que las empresas controlan los medios a su libre albedrío, por tanto, origina un fenómeno de estandarización de gustos y necesidades, perjudicando así al sistema social en su conjunto, logrando quebrantar el bienestar y el buen desenvolvimiento de las relaciones humanas.

1 Comments:

Blogger Petroni Gutiérrez Rivera - Lima, Perú said...

En el año del centenario del nacimiento de José María Arguedas; un pro-hombre marginado justamente por la "industria cultural" es decidor y fundamental leer este artículo.

"...hay, hermanos, muchísimo que hacer."


Petroni Gutiérrez Rivera
Comunidad de los Poetas Inmortales
Poeta & escritor peruano
petroniarnaldo@gmail.com
http://petronigutierrezrivera.blogspot.com/
259-2556//975050077

2:43 a. m.  

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