sábado, abril 16, 2005

LO QUE SE ESCUCHA, LO QUE SE CREE


Jannet Karina Villena Carhuallanqui

Queremos señalar el grado de poder que ejercen los programas radiales locales sobre sus receptores.
La idea central se despliega en el marco de la responsabilidad social de las radios Chiclayanas, es decir la forma en que manejan éstas los mensajes y el sello que dejan estas en los radioescuchas chiclayanos.
La radio y otros medios utilizan, consciente o inconscientemente, herramientas y técnicas de manipulación para crear opiniones y actitudes sociales, ya sea a través de imposición de modelos, llamado nuestra atención o distorsionando la realidad con informaciones falsas.
El periodismo ha sido creado para informar a la sociedad de acontecimientos importantes en nuestro día a día, esa es su verdadera función.
Por el contrario muchos aprovechan la libertad de expresión de los periodistas y sus técnicas para beneficios propios.
Es así como Chiclayo se ha llenado de radioemisoras conducidas por empíricos con comportamientos y actitudes poco éticas. Sus mensajes son escuchados y por miles de personas, causando desinformación ya que lanzan mensajes sin ser verificados y acostumbrándolas a vivir entre líos e insultos que perjudican el bienestar común.
Estos medios radiales influyen y perjudican a la sociedad Chiclayana, crean una seudocultura, la acostumbran a la falta de valores, a las mentiras, a los líos callejeros, a los insultos, y exterminan el respeto a los derechos y a la vida de los demás.
Sin embargo en la realidad no se hace mucho por combatirlas, los agentes de fiscalización no los involucran en sus filas pues estos son medios informales y por tanto nada culturales, se basan en críticas de hechos poco relevantes e incentivan a sus oyentes a creer lo que ellos quieren que se crea.
Programas a reflexionar en cuan importante es la labor de un periodista y cuan importante es su formación como tal. Hagamos caso a Sean Mac-Bride cuando nos dice que al profesional de la comunicación “es la que ha contraído con la opinión pública y con la sociedad en conjunto”. respetemos el código de ética carta de Ética Profesional de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, que en su principio n° 8 nos habla de que el periodista no debe utilizar en su labor el sensacionalismo, la obscenidad, ni el chantaje; menos aún emplear criterios de discriminación racial, ideológica o de sexo, ni inducir a la confección desnaturalizada de opiniones, tergiversándolas o extrayéndolas maliciosamente de su contexto.
Se propone una toma de conciencia, de parte de estudiantes y profesionales en comunicación, para que con su creatividad atraigan la atención del oyente a programas que no solo quieran sino que necesiten; y a las autoridades pedimos rigor y leyes para eliminar o cambiar el contenido de las ya existentes y perjudiciales emisores empíricas.