miércoles, octubre 04, 2006

Y SE LLAMA PERÚ, con P de pobreza


Por: Lucero García Niño

Si ser pobre en cualquier parte del mundo resulta ser tan solo una circunstancia económica en el Perú, ser pobre se convirtió en un símbolo de identificación.
El Perú es un país de ingresos medios pero con altos niveles de pobreza y desigualdad; un claro ejemplo de esta problemática lo encontramos en el asentamiento humano “Miguel Grau Seminario” (Chiclayo), ésta comunidad cuenta con 170 viviendas de las cuales el 20 % no están habitadas, los pobladores para abastecerse de agua lo hacen mediante una pileta que se encuentra al lado de las viviendas; para poder acceder a este servicio ellos realizan un pago de 6 nuevos soles mensuales; tampoco cuentan con desagüe, convirtiéndose este y el agua en las principales necesidades de ellos.
Al menos el 60% del total, cuentan con luz eléctrica, peor esto no parece importarles mucho, “La luz que necesitamos para salir adelante es la ayuda de ustedes” nos dijeron; así es, ésta gente requiere de todos nosotros para salir adelante y eso lo reafirmamos con las señoras: Yolanda de la Cruz, Jessica Suárez Carhuatanta y Lucero Rojas Oblitas; presidenta, secretaria y tesorera respectivamente, del vaso de leche de esta comunidad.
Diariamente abastecen de leche a un promedio de 132 niños; con edades promedio de 0 a 7 años, lo cual es el límite. La municipalidad de Chiclayo es la que les proporciona la leche; 33 litros que muchas veces no alcanzan para llenar las barriguitas de estos niños.
Otro indicativo de pobreza de éste asentamiento es el nivel de educación de los pobladores, empezando por los padres de familia quienes en su mayoría “a las justas” terminaron su primaria y otros “con suerte” llegaron a 1º o 2º año de secundaria. En cuanto a los niños, del 60 % que se encuentra en edad escolar, sólo el 30 % asiste al colegio, los demás se quedan en casa ayudando a sus padres o aprendiendo algo que cuando crezcan les va servir para llevarse un pan a la boca.
Pero ser padre en este asentamiento no es un símbolo de desgano; por el contrario, las ganas de salir adelante son muy fuertes, esto lo demuestra el Sr. Higinio Salazar, presidente del asentamiento, en todo momento está pendiente del asentamiento él se encarga de organizarlos, de tener los papeles en regla, en fin trata por todos los medios de buscar mejoras para sus vecinos. Por ahora su tarea está con el reempadronamiento de las viviendas por parte de la municipalidad de Chiclayo, además de organizar un comité vecinal electoral pero…“no hay candidatos”. Al observar a éstas personas, verdaderamente me doy cuenta que los que considero “problemas”; al lado de o que ellos pasan, no es nada; la gente que se encuentra en este nivel de pobreza si que pasa las de Caín, reduciendo todo el gasto que puedan para que les alcance y les den de comer a sus hijos. El promedio de ingresos es de S/. 10.00 diario, y en algunos casos éste dinero sólo viene por parte del padre, por que la madre tiene que quedarse en casa, cuidando a los niños y haciendo las tareas domésticas.
Éste asentamiento ubicado en Chiclayo, es tan sólo uno de los tantos lugares en todo el Perú que se encuentran en extrema pobreza, y eso que Lambayeque, según el INE, junto a Madre de Dios, Tumbes, Ucayali, Cuzco, San Martín, Loreto, Amazonas y Tacna son los departamentos que muestran disminución de pobreza en los últimos años.


CON P DE POBREZA.
La pobreza suele ser definida como aquella circunstancia económica en la que una persona carece de ingresos suficientes para acceder a los niveles mínimos de salud, alimento, vivienda, vestido y educación; esta es la definición “teórica” que se le da a la palabra pobreza, pero que en la “práctica” pasa de ser una simple palabra a una dura realidad.
En el Perú la pobreza se mide con el índice de desarrollo humano (IDH) que contempla las necesidades básicas para una vida digna, con un IDH promedio nacional de 0,69, las regiones más pobres son: Huancavelica, Ayacucho, Apurimac y Huanuco. La pobreza asociada en el Perú a la ruralidad, es uno de los motores para que los habitantes de estos departamentos emigren a la capital o como segunda alternativa al cuzco, en el caso de Apurìmac quien según el INEI es uno de los departamentos menos poblados, y es que las personas al no ve una mejora económica en su tierra natal optan por la migración.
La pobreza que vive nuestro país, también puede observarse en la crónica desnutrición de los niños quienes en los cuatro departamentos antes mencionados hay un aproximado del 50% de desnutrición.

PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS…
La lucha contra la pobreza ha sido el principal slogan de los candidatos a la presidencia y es mencionada constantemente por los gobiernos para demostrar su compromiso social. Son muchos los programas de apoyo social que los diferentes gobiernos han desarrollado para proveer de asistencia alimentaria a las poblaciones más pobres localizadas principalmente en las comunidades campesinas de la sierra y en los pueblos jóvenes de las ciudades. Sin embargo estos programas han sido duramente criticados por ser considerados como una medida asistencialista que crea dependencia entre los beneficiarios y el estado.
Según el INEI el 54% de la población es pobre y el otro 14% de peruanos vive en extrema pobreza; entre los años 2001 y 204 hubo una reducción de pobreza al 51,6% la disminución se ha dado tanto en el ámbito urbano como en el rural ¿y el 14% de peruanos que vive en extrema pobreza dónde queda? O ¿Cómo queda?. Estas son preguntas que quedan flotando.
Solo esperamos que el actual gobierno del ya anterior presidente Alan García Pérez haga todo lo posible por solucionar este problema, teniendo en cuenta que muchos peruanos volvieron a confiar en él, con el fin de ver mejoras en todos los aspectos pero sobre todo en el económico; y que así las miles de propuestas que dio cuando era candidato no queden en simples palabras, palabras, palabras.