miércoles, octubre 04, 2006

CHICLAYO, COMERCIO INFORMAL






Por: Paulo Dávila Balcázar, Clever Perales Milián y Juan Alberto Llacsahuanga Chiquicusma
Actualmente uno de los problemas que atraviesa nuestra economía peruana es la práctica del comercio ambulatorio. A diario salen miles de peruanos a las calles en busca de llevar un sustento a su familia. Nos encontramos en los alrededores del Mercado Modelo de nuestra ciudad de Chiclayo y hablamos con algunos trabajadores ambulantes, Paola Santisteban Hoyos (43) es una de ellos, lleva 15 años en este oficio, anteriormente dedicada a la venta de cebiche.
Le preguntamos a Paola Si alguna vez ha trabajado en una empresa, nos responde, que ella nunca ha trabajado para una empresa, porque mayormente lo percibido es lo mínimo, y en algunas solo le pagan por el numero de ventas, en cambio en el comercio ambulatorio puede percibir ingresos de 30 a 40 soles. Si el día es bueno. Paola nos cuenta que el comercio ambulatorio tiene sus riesgos por ejemplo las enfermedades a las que se exponen, y el decomiso de su mercadería por la policía municipal. Ella es conciente de que el trabajo por las calles es ilegal por no pagar ningún tipo de impuesto, pero la necesidad la obliga a hacerlo y pasar al marco de la legalidad. Sería un proceso muy largo, caro, mucho papeleo, que con lo percibido no le alcanzaría. Paola es una víctima más del estado, que solo favorece a aquellos que poseen grandes capitales, y poniendo trabas a las grandes mayorías.
Tal como hemos visto en el caso anterior podríamos decir que las causas inmediatas del comercio informal las encontramos principalmente en el incremento de la pobreza, la crisis económica, el desempleo, el crecimiento de la población. Estas causas son obstáculos que impiden el desarrollo de los pueblos.


Hoy en día el Perú ocupa el sexto lugar es América Latina en cuanto a la práctica del comercio al margen de la Ley, no por que los pobladores deseen hacerlo, sino que el costo de vida y las posibilidades son adversas.
“Yo llevo vendiendo ya nueve meses DVD´s piratas, antes lavaba ropa”, nos dice una ambulante, “se que lo que vendo es ilegal pero mi necesidad es mayor, yo no veo preocupación del estado por ayudarnos”. Sin duda la realidad que enfrentamos los peruanos es sencillamente denigrante, la discriminación, la falta de oportunidades es desesperante para el poblador.
Tal como nos dijo un vendedor de carteras del mercado, el estudió contabilidad, pero no ejerce por que dice que las empresas requieren un personal altamente capacitado y no cuenta con los recursos para asistir a cursos de especialización y mejorarse, él encontró una alternativa en ser ambulante, no le va mal, pero dice que no siempre es así.
Como vemos la falta de oportunidades a la gente poco capacitada constituye otro factor que sin duda es alarmante, hoy en un mundo sumamente competitivo, quien es más especializado es quien tiene más oportunidades de conseguir empleo.
La informalidad es un problema que el estado debe afrontar y solucionar. Este fenómeno se desarrolla con gran rapidez debido a la ineficiencia de la ley que existe en el Perú en donde obtener la legalidad de algún negocio cuesta tiempo, trabajo, dinero y muchos otros pasos que se deben seguir para obtener y en donde la ley solo favorecen a aquellos sectores que cuentan con altos ingresos y destierra a aquellos sectores bajos que no pueden pagar los impuestos y acceder a la legalidad.
Se dice que la informalidad es propia de países en vías de desarrollo en donde el costo de la ley es alto en comparación con los ingresos económicos de la población, los cuales se ven afectados ante los impuestos, sin embargo en este contexto globalizado en el que vivimos los países desarrollados no escapan a la economía informal, lo cual se da a evidenciar en las cuentas nacionales de estos países.
En Chiclayo el incremento poblacional a dado origen a la formación de cuantiosos asentamientos humanos producto de las olas migratorias de la selva y sierra norte, es en estos pueblos donde la totalidad de sus habitantes están en condiciones altamente precarias y la pobreza alcanza sus mayores índices.
Es así que la ciudad de la amistad se ha convertido en la ciudad de un potencial comercio ambulatorio convirtiéndose así la informalidad en un problema de escala global que afecta a la ciudadanía y la legalidad.
El mercado de abastos esta ubicado casi al centro de la ciudad y alberga cientos de ambulantes que se dedican a la venta de productos conocidos así como de dudosa procedencia, estos vendedores se encuentran distribuidos en los límites del mercado causando desorden público, caos vehicular entre otros problemas y donde los más perjudicados son aquellos que trabajan dentro del margen de lo legal pues ante la competencia de los informales y los altos impuestos (tienen que cargar con el 60% de aquellos que no pagan tributos) terminan quebrando o en el peor de los casos terminan dentro del marco ilegal.
La cuestión es si la informalidad es o no justificable, según Jorge castro, Sociólogo, y docente de la UNPRG nos dice que la informalidad puede ser comprendida pero no justificable en la medida que permite que cierto sector de la población que se encuentra rezagada pueda negociar y sustituir con sus ingresos.
Sin embargo no es justificable por que trasgrede las normas establecidas.
La magnitud de este problema es sumamente amplia y hablar de su erradicación es un reto para las economías nacionales, sin embargo se puede avanzar con propuestas de solución que vengan de parte del estado tales como crear fuentes de trabajo y reducir los costos de legalidad para cualquier tipo de negocio, así mismo capacitar a los comerciantes informales con miras a instaurarse en el marco de la legalidad mediante políticas más justas y humanitarias donde estos puedan pagar un precio razonable sin tantas trabas que compliquen el proceso.